Fotografía hecha en la playa de San Lorenzo, Gijón, Asturias
El distraído tropezó con ella.
El violento la usó como proyectil.
El emprendedor construyó con ella.
El caminante cansado, la usó como asiento.
Para los niños fue un juguete.
Drummond hizo poesía con ella.
David mató a Goliat.
Michelángelo extrajo de ella la más bella escultura.
En todos los casos la diferencia no estaba en la piedra, sino en el hombre.
No existe piedra en tu camino que no puedas aprovechar para tu propio crecimiento.
3 comentarios:
Las piedras no son malas, al contrario es como dices, todo depende del ser que las trate...
Una gran reflexión, con buenos ejemplos de la historia.
Un saludo
Hola Rosa, que precioso la entrada, me ha gustado mucho, distintos puntos de vista para una cosa, la piedra, tantos puntos de vista como personas haya...Gracias.
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