Después de dos cantautores cambiamos de tercio y el siguiente poema es teatralizado por Carmen Blanco, actriz y cantante. La primera vez que la vi fue interpretando el papel de la señorita Hannigan en el musical Annie, me llamó mucho la atención su interpretación, fue de lo más convincente. Luego tuve el placer de volver a coincidir con ella en Férreo, Musical Gutural, donde hace el papel de la madre tierra, y a través de ello pude conocer a su vez, no solo a la magnifica actriz y cantante sino a un gran ser humano. Carmen también tiene una trayectoria interesante, graduada en la escuela de arte dramático, a parte de participar en diversos musicales, lo ha hecho en otro tipo de géneros teatrales, como interprete y como directora escénica, creando sus propios proyectos, también ha realizado incursiones en el mundo audiovisual, en cortos y en el cine. En la actualidad bajo el sello empresarial "Teatrola", en asociación con otra gran actriz y cantante, María Sánchez, crean sus propios espectáculos.
Esta mujer tan guapa y simpática es Carmen Blanco, aunque esta vez le tocase hacer un papel dramático.
En mi presentación Carmen no cantó pero si puso voz a la mujeres que sufren violencia de género interpretando magistralmente mi poema social "Memorias de una Rosa", otro recuerdo, otra memoria de un poema de nuevo muy conocido, de una lacra social también tristemente conocida.
MEMORIAS
DE UNA ROSA
Soñé una vez . . .
con ser la princesa de
un príncipe azul.
Descubres después . . .
Que los cuentos,
son como granos de
arena,
que se escurren entre
los dedos,
para reposar neutros
en el fondo del mar.
El día que llegué a tu
casa
cerré la puerta a la
alegría
y puse la llave en tus
manos,
carcelero del alma, que
no dueño.
Déjala abierta, un poco
al menos,
que entre un rayo de
luz.
¡No apagues mi mundo!,
¡por favor, te lo ruego!
La casa esta triste
si no es verano y el
sol
no busca ansioso sus
rincones.
Las flores se marchitan,
antes,
si en un jarrón las
pones
con las ventanas
cerradas.
Deja que descanse
la inquietud en su
tumba
y que los miedos
culpables,
los intercambie
con un mayorista de
alegrías,
me las negaron los
dioses.
Llega el mañana de
nuevo,
más no desaparece lo
viejo.
Se perdió mi sueño
y te dormiste mi cielo.
Necesito oírte silencio.
La belleza ha muerto.
Rosa
de Soto
*Dedicada a las mujeres que sufrieron o
sufren violencia de género.
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