El pasado jueves 19 de octubre tuvo lugar mi recital "Poesía intima y cotidianidad" donde a través de mis versos permití que se caminase por rincones de mi alma y se aproximasen más al ser humano, escogiendo poemas muy concretos que facilitaban aún más esa tarea aunque bien es cierto que todo creador habla de si mismo en sus obras aunque no siempre se comprendan. En este baile de máscaras que en la mayoría de los casos se convierte este mundo yo opto por ir renunciando a todos los disfraces que a lo largo de la vida te vas poniendo.
Desde este espacio virtual dar las gracias a Rubén Reina por su inestimable colaboración musical, por su profesionalidad, generosidad, humildad y por demostrar siempre que es muy grande como ser humano.
Dar también las gracias a todos los que os acercasteis a conocer un poco más mi poesía y a través de ella a la persona que hay tras las palabras y por supuesto a El Sur por su apertura y confianza hacia mi trabajo creativo en todas sus facetas.
Conseguí vender unos cuantos libros y con ello ir aportando también un poquito más a la Asociación de Personas con Alta Sensibilidad de Murcia.
Comparto algunos momentos en fotografía aportados por uno de los asistentes y a través de mi cámara en las manos de otra artista, Antonia Sabater.
Gracias a Sebastián Campillo, uno de los asistentes, que tuvo la deferencia de grabar algunos momentos del recital puedo compartirlos aquí con todos los que me seguís y me leéis.
Algunos de los poemas que formaron parte del recital se los dediqué a personas que han influido en mi trayectoria artística y en mi vida. "Canto de sirena" es un poema que ya he recitado y compartido en otras ocasiones y el motivo por el cual lo vuelvo a hacer aparecer por aquí, es porque este poema fue inspirado por una frase que la artista plástica y buena amiga Antonia Sabater me dijo un día y esa noche pude dedicarle este poema y agradecerle ese momento inspirador.
Hay decisiones en la vida que te llevan por caminos que no todo el mundo está dispuesto a tomar, ni otros a entender. Para algunos puede ser una gran renuncia para otros no. Para unos supone vivir al margen del mundo para otros es todo lo contrario, supone la posibilidad de ser libre para explorarlo más a fondo. Hay decisiones que necesitan pocas palabras y solo unos pueden comprenderlas.
Un día entré por la puerta de la academia del artista plástico José Manuel Peñalver y me dijo la siguiente frase "Hay viene ella con sus ojos azules" y en ella encontré todo un mundo de palabras para un poema y para contar sobre lo que hay tras las ventanas de mis ojos.
Hay quienes cuando oyen la palabra "Volver" y se imaginan una película de Almodovar o un tango de Gardel, pero a veces volver es intentar perderse lo menos posible, es no dejar que te arrastre la nostalgia, volver es procurar no alejarte durante mucho tiempo de tu propio territorio interior.
La primera vez que el joven músico Sergio Vellido subió a un escenario fue en uno de mis recitales, desde entonces ha seguido creciendo como músico y como ser humano y me enorgullece poder ser espectadora en esa evolución y fue un placer poder dedicarle el poema "Carta segunda" después de que en su día él convirtiese en canción "Carta primera" y de que utilizase el primer verso de este poema dedicado como inspiración para uno de sus más recientes temas.
Solo decir que no creo en el machismo pero tampoco en el feminismo, que las etiquetas de género me son indiferentes, para mi el ser humano está por encima de cualquier etiqueta, pero voy todavía más lejos creo que lo que denominan igualdad es solamente una trampa para no permitirse el sentirse único y aceptar e integrar la diferencia.
Cuando alguien nos habla de ángeles caídos pensamos en demonios pero para mi un ángel caído es un ser humano perdido, al que el mundo y la vida le pesa, seres que han sufrido, que no han tenido la oportunidad de sanarse, de ser ellos mismos, de conocerse y desarrollarse plenamente, ha quienes les han dado la espalda, robado la luz de su inocencia e ilusión, siendo engullidos por la sombra y lo gris de la vida. Todos somos ángeles pero a veces nos arrancan las plumas de nuestras alas.
Una de las intervenciones de Rubén Reina.
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