9 de octubre de 2018

Orestes Campos Shubert in memoriam

Hoy tenía previsto compartir un resumen fotográfico de la jornada festiva y cultural que tuvo lugar el pasado sábado 6 de octubre en Espinardo, tras una exhaustiva selección del material que tenía en mis manos, Pero decido posponerlo y dejarlo para mañana pues en este momento y tras tener conocimiento de una triste noticia que por desgracia llega a mi dos años después de que se produjese, aunque no por ello ha dejado de impactarme, tomo la decisión de reservar un hueco en este espacio personal para hablar de un gran artista y un maravilloso ser humano, Orestes Campos Shubert, que un día llegó de Cuba para instalarse en tierras murcianas. La vida decidió que se cruzase en mi camino hace unos años, ya ni recuerdo como, y poder conocer no solo a un extraordinario artista plástico con una manera muy particular de expresar su visión del mundo a través de su obra, sino además a un ser humano que destacaba por su sencillez, humildad y honestidad en el trato, pude intercambiar algunas conversaciones inteligentes y profundas con este ser que enseguida percibí era especial, de echo prácticamente desde el principio adquirimos la confianza de dos almas que quizá ya se conocían de otra vida y no solo hablamos de arte sino de nuestro propio camino vital. Me contó lo que hacía en Cuba, me  habló de la familia que dejó allí, me dijo que Murcia le parecía un buen lugar para vivir aunque consideraba que la obra tenía que viajar, salir de las regiones y los países, cruzar fronteras.
Después durante un largo tiempo nuestros caminos se separaron, pero siempre permaneció en mi memoria y de vez en cuando pensaba donde podría estar y que estaría haciendo, hay personas que aunque pasen por tu vida de manera fugaz su huella permanece impresa en ti, signo de que te has cruzado con una gran alma y en este mundo del arte tan plagado de egos conocer a alguien como Orestes te hace creer que otra manera de ser artista es posible, de hecho para mi es precisamente eso lo que le convertía en merecedor del calificativo "artista", con el tiempo llegas a la conclusión de que cuanto más humilde es una persona más grande es y él se limitaba a amar lo que hacía y del mismo modo hacer de ello el vehículo para contar historias sin palabras, para mostrar tanto la belleza como las miserias de este mundo, su luz y su oscuridad a través de objetos y personajes en un lenguaje simbólico y aparentemente jeroglífico e irónico pero contundente visualmente con una técnica y un conocimiento del dibujo y la composición impecables.
En 2016, precisamente cuando estaba luchando contra la enfermedad que lo alejo de este mundo, volvimos a conectar vía internet y pudimos intercambiar unas palabras, yo ni tan siquiera supe que estaba enfermo y él no quiso decírmelo tampoco, lo cual vuelve a dejar patente la clase de ser humano que era, siempre en su sitio, siempre humilde y prudente, siempre con una sonrisa en la cara.
En la vida hay personas que no hacen ruido cuando están y siguen sin hacerlo cuando se van, la prueba de ello es que hasta esta mañana no sabía que este gran ser humano se había ido un día de octubre del año 2016, y es de ese tipo de personas de las que hay que rodearse o encontrarse de vez en cuando en la vida pues son las mejores, en ellas siempre hay verdad, autenticidad y una sutil sabiduría que portan de manera natural, que te llega y se queda en ti sin intentar cambiarte y te hace mejor sin apenas darte cuenta. 
Quiero creer que Orestes lleva ya todo este tiempo en un lugar mejor y se ha unido al equipo de aquellos que se dedican a pintar los atardeceres y amaneceres en el cielo.
Me viene a la memoria esa canción de Machín, "Angelitos negros" y ahora se que de momento yo tengo muy claro el nombre de uno de esos angelitos negros, Orestes Campos Shubert, por que yo si creo en los ángeles, sobre todo cuando conoces a seres humanos especiales como Orestes que merecen ser uno de ellos. Donde quiera que esté espero que nos guíe y nos inspiré a todos aquellos que seguimos empeñados en llenar de emoción, sensibilidad, creatividad y belleza este mundo.
Entre tanto aquí dejo este pequeño homenaje, recuerdo y comparto también fotografías de algunas de sus obras. Escribiendo estas lineas, contemplado sus fotografías con esa casi permanente sonrisa o trabajando en alguna de sus obras aún me cuesta imaginar que ya no esté en este mundo.



















Comparto también unas lineas que otro amante de las artes plásticas le dedicó en su día, tal vez algo más técnicas que ayudan a comprender su obra plástica. En mi modesta redacción no puedo evitar destacar a la persona que en cualquier caso está necesariamente unida a su arte.
http://vigilcanosa.blogspot.com/2016/10/orestes-campos-subert-1968-2016-he.html?spref=fb

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